Todo el mundo desde pequeños hemos tenido alguna vez un sueño, caro, barato, posible, imposible, pero lo hemos tenido. El tener sueños es como sufrir un embarazo, tiene los mismo procesos hasta que se hace realidad, tienes que luchar por tus sueños, los cobardes en la vida no triunfan, ¿a caso es lo que quieres?
Tener sueños es parecido a sufrir un embarazo
Más de uno, se preguntará, ¿qué es tener sueños? ¿Es bueno o a malo? Pues para mí, tener sueños es parecido a sufrir un embarazo. La Paternidad es similar a tener sueños, una vez que la vives, realmente puedes darte cuenta de lo que estoy diciendo, los sueños necesitan un proceso sino se convierten en una pesadilla.
El proceso de crear un sueño se divide en cuatro, la intimidad, la gestación, los dolores de parto y el nacimiento. ¿A qué se parece? La intimidad es ese momento maravilloso y extraordinario dónde dos personas se funden en su amor, todos sabemos cómo se hacen los niños, con los sueños pasa igual, son concebidos en un momento, ¡no te das cuenta!
En el momento que comenzamos a tener sueños se enciende la chispa de la vida, esa idea de oro que llega por sorpresa, por la que tienes que luchar y no tirar la toalla a la primera. El proceso de gestación es cuando una simple idea se convierte en algo más, comienza a hacerse realidad, lucha por tus ideas, alcanza el éxito que deseas, ¡no tires la toalla!
El tercer paso de un sueño son los dolores de parto. Ese momento en el que rompe aguas, tú idea comienza a hacerse realidad y tienes que hacer un esfuerzo para conseguir tus objetivos. Cuanto más fuerte es el dolor, significa que el sueño va a estar a punto de salir.
Seguro que tienes un sueño en tú interior, que quiere salir. Lo que significa que antes o después vas a escuchar el sonido del llanto de tu sueño que ha nacido. Así que sueña y nunca te detengas, lucha por lo que realmente has deseado siempre, ¡no tengas MIEDO! ¡Venga, vamos, comienza a soñar! ¡Soñar es salud y vida!